Toda empresa está expuesta a riesgos. Algunos son previsibles, otros no. Lo cierto es que, sin una estrategia clara para identificar y gestionar estos riesgos, cualquier organización —sin importar su tamaño— puede perder parte o todo lo que ha construido. Por eso, la gestión de riesgos no es un lujo, es una necesidad.
¿Qué es la gestión de riesgos y por qué es fundamental?
La gestión de riesgos es un proceso sistemático para anticiparse a eventos que podrían afectar negativamente a la empresa. No se trata de adivinar el futuro, sino de prepararse ante escenarios posibles y tomar decisiones informadas para reducir la incertidumbre.
Este enfoque permite:
- Detectar amenazas antes de que se materialicen.
- Proteger activos clave.
- Asegurar la continuidad del negocio.
- Tomar decisiones estratégicas con mayor seguridad.
Una buena gestión de riesgos puede ser la diferencia entre una empresa que reacciona y una que se adelanta.
Tipos de riesgos empresariales y su impacto
Los riesgos pueden clasificarse en diferentes categorías, según su origen o nivel de impacto:
- Riesgos estratégicos: relacionados con decisiones a largo plazo, como entrar a nuevos mercados o cambios en el modelo de negocio.
- Riesgos operativos: fallas en procesos, tecnología o personas que afectan la operación diaria.
- Riesgos financieros: pérdidas por tipo de cambio, impagos, errores contables o falta de liquidez.
- Riesgos de cumplimiento: sanciones por incumplimiento de normativas o leyes.
- Riesgos reputacionales: afectaciones a la imagen de la empresa por acciones propias o externas.
Cualquiera de estos puede afectar seriamente la rentabilidad, confianza del mercado o incluso la continuidad del negocio.
¿Cómo identificar, evaluar y mitigar riesgos de forma efectiva?
- Identificar:
- Preguntarse: “¿Qué puede impedir que logremos nuestros objetivos?”
- Revisar procesos, revisar entorno externo, hablar con diferentes áreas de la empresa.
2. Evaluar:
- Analizar dos variables: probabilidad de ocurrencia e impacto económico.
- Usar una matriz de riesgos para clasificar los más críticos.
3. Mitigar:
- Definir acciones y controles para reducir la probabilidad o el impacto.
- Asignar responsables, fechas y monitorear resultados.
4.Monitorear:
- Revisar periódicamente los riesgos.
- Ajustar los planes según cambien las condiciones.
La gestión de riesgos no es un documento que se guarda en un cajón. Es un proceso vivo, dinámico y transversal a toda la organización.